La espalda representa el sostén y soporte de vida. Es el lugar que me protege si me siento impotente, frente a una situación o persona. Si carezco de respaldo afectivo, económico mi espalda reaccionará en consecuencia y ciertos dolores pueden manifestarse. En todo caso lo que sucede en tu espalda es la evidencia de la incomunicación que existe con cada una de las partes de tu cuerpo.

Y para comenzar a entablar un diálogo óptimo con la espalda, te propongo el siguiente ejercicio.
Hoy comenzaremos con los hombros:
• De pie, siente a tus hombros ¿Cómo están?
• ¿Dónde está tu hombro derecho?
• Hacia arriba, ¿y sientes encogido el cuello?…
• Hacia abajo y sientes un peso enorme en tu hombro, como mucha carga.?
• ¿Hacia adelante y sientes el pecho hundido?
• Y te cuesta respirar…
• Sé un observador de cómo estás, sin querer cambiar nada ni corregir.
Ahora iremos al hombro izquierdo y repetimos la misma secuencia de hacernos estas preguntas.
Al principio será la mente quien quiera responder, poco y conforme vayamos interiorizando estas
preguntas surgirá un Sentir muy genuino, que viene de las entrañas.
Una vez visto y observado cómo están mis hombros, te invito a mover los hombros:
• Hacia arriba
• Hacia abajo
• Alternando uno y otro.
• Hacia adelante
• Hacia atrás
• Haciendo círculos hacia un lado
• Y en sentido contrario.
Una vez terminada la secuencia, vuelve a observar los hombros…
¿Cómo los sientes ahora?
Espero que puedas practicar este ejercicio una vez al día y ya me contarás como te ha ido, cualquier duda puedes escribir un correo aqui
Hasta el próximo miércoles, seguiré escribiendo sobre las distintas partes de la espalda y cómo podemos integrarlas mediante Movimientos Conscientes.
Analía Gonzalez Mackenzie
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